Permite a la empresa adaptarse rápidamente a los cambios del mercado y anticiparse a nuevas tendencias.

Promueve una mirada proactiva hacia el futuro, identificando oportunidades y tendencias emergentes.

Fomenta una cultura de aprendizaje constante, donde los errores se ven como oportunidades para crecer y mejorar.

Brinda autonomía a los equipos para que tomen iniciativas y sean responsables de sus proyectos.

Promueve el trabajo en equipo y la interacción entre diferentes áreas para enriquecer la diversidad de pensamiento.

Permite una rápida toma de decisiones y ejecución de proyectos, adaptándose ágilmente a las demandas cambiantes del mercado.